¿Qué tal Paco? Aunque todavía es muy reciente, ¿cómo llevas la jubilación, qué planes tienes?

Han pasado pocos días desde la jubilación completa pero ya me voy haciendo a la idea de configurar un nuevo estilo de vida. He tenido la oportunidad de tener un contrato de relevo que me ha facilitado la adaptación gradual, por lo que el aterrizaje ha sido suave.

Los planes actuales pasan por hacer todo aquello que no se ha podido hacer en la etapa laboral: viajar, descansar, disfrutar de la familia, hacer deporte y la lectura. Más adelante ya irán saliendo otros proyectos.

Vamos a empezar repasando tu trayectoria en ASPRONA. ¿Cómo fue el comienzo? ¿Puedes contarnos los puestos y funciones que has desempeñado durante tu carrera profesional?

Me incorporé a ASPRONA en La Roda, en el año 1984, haciéndome cargo del servicio de Estimulación Precoz, en el  que estuve dos años. Por aquel entonces existía un aula mantenida por el Ministerio de Educación hasta que en 1986 cambia la legislación y se pasa a tener un aula concertada. En esa fecha ASPRONA  me propuso ser el profesor de dicha aula, así como llevar la dirección del centro. De este modo comenzó mi carrera profesional de 40 años.

¿Cómo has vivido la evolución de la asociación a lo largo de los años? ¿Cuáles han sido los cambios más destacados que has visto como docente?

Pues la evolución de la asociación y del Centro de La Roda, en particular,  ha sido abismal. Desde esos años 80, en los que que las personas con discapacidad estaban en sus casas sin escolarizar, sin salir a la calle y en situaciones de lo más variopinto, hasta hoy en que la Constitución ha cambiado el término disminuido por el de persona con discapacidad.

Tanto la asociación como el equipo profesional hemos participado de forma activa para el gran cambio que se ha producido a todos los niveles sociales, educativos y laborales. También las familias han ido participando progresivamente  y teniendo protagonismo  en la gestión de proyectos nuevos que ASPRONA ha ido poniendo en marcha.

En la docencia, se ha pasado de un modelo educativo basado en el déficit del alumando a otro centrado en la inclusión educativa con nuevas formas de trabajo. De una educación cerrada pasamos a una educación desarrollada en entornos naturales, abiertos a la sociedad, más inclusivos y participando en multitud de actividades con otros colegios y colectivos. Como comentaba antes, partíamos del déficit y ahora partimos de las capacidades y ayudamos a crear apoyos para un  proyecto de vida de la persona en el desarrollo de su vida.

¿Con qué momentos te quedas de tu trabajo? Seguro que tienes muchas anécdotas que contar. 

Me quedo con todos los momentos que he podido vivir. Los malos son pocos y se me han olvidado. Lo mejor de estos años, aunque no sean momentos, es el tener muchísimos compañeros y compañeras de andanzas profesionales, tanto los de de mi centro de trabajo como los de las otras zonas de ASPRONA y de otras entidades de toda la región. Y por supuesto con todo el alumnado y las familias a los que he tenido la oportunidad de ayudar en sus necesidades.

¿Has cumplido tus metas o te ha quedado algún objetivo pendiente?

En lo personal  podría decir que he conseguido muchas de mis metas y objetivos. En lo profesional los objetivos que nos marcamos, como docentes, deben ser  muy ambiciosos y es difícil cumplirlos en su totalidad. Pero no debemos perderlos de vista y espero haber contribuido, a lo largo de estos años, a la consecución de la visión, misión y valores de nuestra asociación.

¿Te animas a dejarnos un mensaje al resto de profesionales que seguimos trabajando en ASPRONA?

Que lo fundamental es disfrutar día a día de nuestro trabajo, de nuestros logros , saber transmitirlo, porque de esa forma haremos que el alumnado también lo disfrute.

¿Hay algo que quieras añadir?

Simplemente dar las gracias a compañeros/as, amigos/as, familias, alumnos/as y miembros de la Junta Directiva con los que he tenido la oportunidad de trabajar porque habéis hecho que todo fuera más fácil.